28 jul 2015

Santuario el Cañi

Hace tres días nos dijimos -¡Vamos!, no importa que el pronóstico diga posibilidad de lluvia.- Así que al día siguiente en la mañana nos preparábamos para salir y claro; -ley de murphy- que suena el timbre del hostal.


Llegamos a tomar el bus justo cuando encendía el motor. Sólo metimos a la mochila un pedazo de queso, galletas, agua y un pedazo de pizza.