8 abr 2014

Mezcla de sonidos


Nunca sabes que pasará si esperas un minuto más.

Mi dia comenzo a las 6am, el plan era ir a un mirador aquí en San Pedro Sula - SPS.
Quede de verme con una chica a las 7 menos 15 en la parada del camión.
- Hablando de camiones.

Es algo completamente diferente a lo que estaba acostumbrado a ver en mi ciudad. Estaba yo esperando bajo la sombra de un arbol con cierto fruto extraño;  cuidando de no estar debajo de alguno que pudiese caer y darme en la cabeza y que empieza el ataque de palabras, gritos y ademanes. " Vamonos chiqui", "subete papá", " al centro, al centro!", " a donde va chiqui?". Aqui el transporte publico tiene dos actores pincipales. El conductor y el ayudante. El trabajo del conductor pues su nombre lo describe; conducir. El trabajo del ayudante... bueno; tambien lo describe, es ayudar, pero la ayuda que brinda esta persona es el de subir a empujones a los pasajeros, cobrar el dinero, gritar y chiflar, golpear el transporte para indicar un alto o para indicar avanzar, mientras dice, "dale papá", - "clap clap" se escucha al golpear la camioneta. Otra de las actividades que no deberia de corresponder a esta persona es el decidir si es prudente cambiar de carril, o avanzar en algun cruze. Y esto lo hace diciendo, " metélo, metélo", "al otro, al otro". Imagina mi nivel de estres, al vivir todo esto en un lapso de 2 minutos.

Y bien. Esperando el transporte, los minutos pasaron y Karina no se veía en ninguno de estos. Dieron las 7:15 y nada, 7:30 y nada. Estaba a punto de irme, pero espere un minuto más y Polito apareció, un inquilino de 68 años amante del buen ron y de todo lo que contenga alcohol en alto porcentaje. Iba bien vestido. Zapatos bien boleados, pantalon negro bien planchado, camisa abotonada hasta el punúltimo botón... y una gorra de los yankis de nueva york de color negro deslavado. Diiiiablos!!! Es la palabra que recordare de el por siempre. Cuando anda tomado siempre dice diiiiablos, arrastrando la letra "i". En fin. Apareció y me ayudo marcandole a Karina y averiguar cual era su ubicación en el mapa. Jeje. Estaba a 5 minutos y el ayudante ya sabia que tenia que parar ahí para recogerme. Ya te imaginas que sigue?
En efecto. No se pararon a recogerme y siguieron de largo. Me causa risa esta escena en donde Karina saca la mano como dicendo, Heey heeey! Y yo solo me le quedo viendo cruzado de brazos y acariciandome la barbilla con una expresion de: Y ahora que?. Polito al rescate. Quede de verme unas cuadras mas adelante.

Por fin llegamos al punto de partida hacia el mirador.
Empezamos a caminar y las cosas empezaron a cambiar. De tranporte publico, ahora habia camionetas blindadas, de ayudantes gritones, a guarda espaldas armados, de casas pequeñas a casas inmensas con casa de seguridad. Habia que cruzar algunas calles de esas para llegar a la entrada del parque.

Al entrar fui recibido por el sonido de las balas. Quiero pensar que eran balas, le agrega mas emoción.
El parque es algo mas o menos como chipinque en Monterrey. Una montaña con un camino para hacer ejercicio. Solo que aquí es una montaña con mucha vegetacion tropical.



Dos horas duraba el recorrido de subida y bajada, tristemente no iba preparado como para subirlo corriendo como me hubiera gustado. Pero subirlo a paso tranquilo, me dio tiempo de escuchar.
Cosa que creo deberiamos de empezar a hacer mas, escuchar pero desde adentro, sea desde el alma, desde el corazón, de la forma que sea!.

Entonces fue cuando la mezcla de sonidos comenzó. Y que sonidos. Los primeros sonidos fueron algo parecido a las cigarras, un sonido o canto constante durante todo el camino, a éste le agregamos el sonido del depredador. Recuerdan al depredador cuando estaba viendo a su presa, algo asi como "crrrrrr" y luego entre la jungla, vaya que si me sentí como en la película.
Ahora vienen las oropéndulas, son unas aves que hacen unos nidos colgantes y el sonido que estas aves emiten es como el de los extraterrestres en la película de "señales".  Algunos familiares de los reptiles haciendo como si fueran ratas, el crujir de las hojas en el camino.
Y algo que recien recuerdo es que habia ciertas hojas de arboles que parecian vibrar con el viento. No se mecían como normalmente lo haria cualquier rama de un arbol. Estas vibraban.

Todo esfuerzo se ve premiado de alguna manera y este fue premiado con un coco, el primer coco que me tomo en toda vida.

Y bueno, ahora llueve en la ciudad. Despues de unos calores de 40 grados no cae nada mal.

Les dejo un fragmento de un poema que expresa casi todo lo que he sentido en mi viaje.

Viajar es sentirse poeta,
Es escribir una carta,
Es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta
Añorando la calma
Es dejarse besar

Gabriel Garcia Marquez

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